Trastornos del sueño
Los trastornos del sueño involucran cualquier tipo de dificultad relacionada con el hecho de dormir, incluyendo dificultad para conciliar el sueño o permanecer dormido, quedarse dormido en momentos inapropiados, tiempo de sueño total excesivo o conductas anormales relacionadas con el sueño.
La alteración del sueño provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras áreas importantes de la actividad del individuo.
Estos trastornos son: insomnio, hipersomnia, narcolepsia, trastorno del sueño relacionados con la respiración, trastorno del ritmo circadiano, parasomnias, trastornos del sueño relacionados con otro trastorno mental y otros trastornos del sueño debidos a enfermedad médica o inducidos por sustancias.
Antes de entrar a explicar brevemente estos tipos diagnósticos, me gustaría puntualizar que la mayor parte de los casos vistos, en el marco de una psicoterapia con población adulta, corresponden a episodios de alteración del sueño que aparecen en el curso de otros desórdenes psicológicos.
¿Cuáles son los síntomas de los trastornos del sueño?
Algunos de los síntomas habituales relacionados con los trastornos del sueño son: agotamiento físico, bajo rendimiento, pérdida de concentración y atención, somnolencia diurna, labilidad emocional, irritabilidad, cefaleas y migrañas, dolor muscular…
Cada desorden del sueño cuenta con unos síntomas específicos:
INSOMNIO
Se caracteriza por la dificultad para iniciar o mantener el sueño, o la sensación de no haber tenido un sueño reparador. A menudo aparece una combinación de dificultades para dormir y despertares frecuentes durante la noche. Los factores psicológicos intervienen en cerca de un 80% de los pacientes con quejas transitorias: las situaciones estresantes, las alteraciones ambientales, los cambios de horario y las crisis emocionales agudas pueden provocar episodios de insomnio.
HIPERSOMNIA
Se caracteriza por una somnolencia excesiva, evidenciada tanto por episodios prolongados de sueño como por episodios de sueño diurno que se producen prácticamente cada día. El episodio más largo oscila entre las 8 y 12 horas, con problemas frecuentes a la hora de levantarse. La somnolencia diurna excesiva aparece como siestas intencionadas o como episodios de sueño inadvertidos. Estas siestas suelen ser largas (1 hora o más), no son reparadoras y no suelen mejorar el nivel de alerta. Los episodios de somnolencia diurna pueden desembocar en bajo rendimiento, dificultades de concentración y problemas de memoria, así como en la afectación de las relaciones.
NARCOLEPSIA
Se caracteriza por la presencia de ataques de sueño irresistible que aparecen diariamente. En el mismo cuadro aparecen también otros síntomas: cataplejia, generalmente en asociación con emociones intensas, e intrusiones recurrentes de elementos del sueño REM.
APNEAS
Episodios de interrumpción de la respiración. Apareciendo hipoapneas consistentes en respiración anormalmente lenta o superficial e hipoventilaciones (niveles sanguíneos de oxígeno y dióxido de carbono anormales).
TRASTORNO DEL RITMO CIRCADIANO
Se caracteriza por la presencia persistente o recurrente de un patrón de sueño desestructurado que obedece a una mala sincronización entre el sistema circadiano endógeno sueño-vigilia del individuo y las exigencias exógenas de espaciamiento y duración del sueño. Debido a esta desincronización, los individuos pueden aquejar insomnio en ciertos momentos y somnolencia excesiva en otros. Exiten diferentes subtipos: sueño retrasado, jet lag, cambios de turno de trabajo…
PARASOMNIAS
Son trastornos caracterizados por comportamientos o fenómenos fisiológicos anormales que tienen lugar coincidiendo con el sueño, con algunas de sus fases específicas o con las transiciones sueño-vigilia. Esta categoría incluye las pesadillas, los terrores nocturnos y el sonambulismo.
TRASTORNOS DEL SUEÑO RELACIONADOS CON OTRO TRASTONO MENTAL
Se caracterizan por la presencia de insomnio o hipersomnia que se considera temporal y etiológicamente relacionados con otro trastorno mental.
El insomnio relacionado con otro trastorno se caracteriza por dificultades para conciliar el sueño, despertares frecuentes o sensación acusada de sueño no reparador, asociándose a fatiga diurna o afectación de la actividad diaria del individuo. La hipersomnia relacionada con otro trastorno se caracteriza por sueño nocturno prolongado o episodios repetidos de sueño nocturno prolongado o episodios repetidos de sueño diurno.
Este tipo de sintomatología puede hallarse en trastornos como: trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos psicóticos, así como también en trastornos adaptativos, somatomorfos y de la personalidad.
Funcionamiento normal del sueño: Tipos y fases
El sueño nocturno se compone de la repetición continua de ciclos de sueño a lo largo de la noche. Cada ciclo se compone a su vez de una serie de fases.
La utilización conjunta del electroencefalograma (EEG), el electromiograma (EMG) y el electrooculograma (EOG) permite distinguir dos tipos de sueño:
SUEÑO LENTO O NREM
- Fase 1: Transición entre la vigilia y el sueño, no suele durar más de 7 minutos y representa un 2-5% del tiempo total del sueño. Se caracteriza por una actividad EEG muy discretamente disminuida respecto a la vigilia. El sueño es fácilmente interrumpible. Esta es la fase de transición entre un ciclo de sueño y el siguiente, y un sueño fragmentado se traduce siempre en un aumento de la cantidad de Fase 1.
- Fase 2: Representa la mitad del tiempo total del sueño del adulto normal. Se eleva el umbral para despertar. Desconexión del entorno, lo que facilita la conducta de dormir. Disminución del tono muscular. Disminución de actividad simpática, frecuencia cardíaca, tensión arterial y del flujo cerebral
- Fase Delta: Comprende las fases 3 y 4 del sueño y representa un 15-25% del tiempo total de sueño. Mayor profundidad del sueño. Si nos despertamos en esta fase, nos encontramos confusos y desorientados. Aumento del tono muscular. Los terrores nocturnos y el sonambulismo se dan en esta fase.
El sueño lento predomina durante la primera mitad de la noche, y se va atenuando durante la segunda, hasta desaparecer.
SUEÑO RÁPIDO O SUEÑO REM
Representa un 20% del tiempo total de sueño del adulto. Los primeros episodios son de breve duración, pero se van alargando a medida que avanza la noche y se van sucediendo ciclos de sueño, de manera que el último episodio puede durar hasta 30 minutos. Se registra movimientos rápidos de los ojos y ausencia completa de actividad muscular. Además, aparece aumento del pulso, de la tensión arterial, alteraciones respiratorias, suspensión de los mecanismos de termorregulación y tumescencia peneana.
En esta fase es donde se produce la actividad onírica fundamental, sueños en forma de narración y pesadillas.
Se ha hipotetizado que el sueño REM contribuye al desarrollo cerebral y al aprendizaje, dada su elevada proporción en el sueño de los niños. Así se ha sugerido que las memorias de acontecimientos del día anterior, especialmente de aquello que involucran informaciones de contenido emocional, se consolidan e integran con memorias ya existentes. También este periodo serviría para eliminar informaciones inservibles.
Tratamiento psicológico de los trastornos del sueño
Algunos trastornos del sueño se benefician únicamente de un tratamiento farmacológico, pero la mayoría son los que se benefician de intervenciones psicológicas o de intervenciones combinadas (farmacológicas y psicológicas).
PSICOTERAPIA
Este tipo de tratamiento psicológico proporciona un espacio privado y confidencial en el que el compromiso y la participación activa individual, y la construcción de un vínculo terapéutico suficientemente sólido, permiten: explorar y comprender en profundidad la historia y relato personal del paciente y sus relaciones, así como replantear y reconstruir el impacto que suponen las experiencias, las cogniciones, los afectos y los comportamientos que perfilan la subjetividad personal y, consecuentemente, el funcionamiento y estilo de vida en el que se encuentra inmerso el paciente. Analizar con determinación y amplitud el trasfondo de las alteraciones y comportamientos sintomáticos, permite generar cambios profundos y consistentes a largo plazo.
Obtenga más información en los siguientes enlaces: Psicoterapia y ¿Cuándo acudir al psicólogo?
RELAJACIÓN
Las técnicas de relajación pueden resultar muy útiles pudiendo considerar el uso de la relajación progresiva, el biofeedback, y otras técnicas de relajación como el entrenamiento autógeno, la meditación, la auto-hipnosis y la relajación pasiva.
Esta técnica de tratamiento está interesada en dos grandes factores: factores relacionados con el estilo de vida y factores relacionados con el medio ambiente.
- Entorno: Es necesario crear un entorno adecuado para poder descansar y para no interrumpir el sueño durante la noche, ya que las condiciones ambientales van a afectar en gran medida al momento del descanso y la capacidad para quedarse dormido. Procurar dormir sobre una superficie y materiales adecuados, en un entorno favorable en que la luz, la temperatura y los sonidos estén regulados y prevenir posibles estímulos que aumenten el estado de activación y alerta provenientes de diferentes dispositivos tecnológicos (televisión, Tablet, teléfono móvil…).
- Rutinas: Dependiendo del caso y de la situación particular, es recomendable diseñar una serie de pautas personalizadas antes de acostarse. Construir una serie de rutinas en cuanto a horarios, tipo de ingesta y actividades es determinante en la calidad del sueño.
- Alimentación: Una alimentación equilibrada depende no sólo del tipo de dieta sino también de los horarios de ingesta. Tanto realizar cenas abundantes y excesivamente energéticas, como tener sensación de hambre antes de dormir, interfiere en el descanso perturbando el sueño. Es importante que sepamos que existen alimentos y sustancias que, ingeridas tiempo antes de acostarse, van a interferir negativamente en el proceso de sueño. Algunos ejemplos son: la toma de bebidas azucaradas y energéticas, bebidas que pueden contener cafeína, teína o cacao, el exceso de consumo de proteínas, alimentos como algunas especias que puedan genera malestar estomacal, el exceso de ingestión de líquidos o el consumo de alcohol o sustancias estimulantes.
- Ejercicio físico: Practicar actividad física con regularidad es muy beneficioso para la salud integral de las personas. Sin embargo, si se lleva a cabo en horas cercanas a dormir y la intensidad del ejercicio es elevada, es muy probable que produzca alteraciones en el sueño. Así mismo, llevar una vida sedentaria, también resulta contraproducente.
CONTROL DE ESTÍMULOS
- Acostarse sólo cuando se tiene sueño.
- No utilizar la cama salvo para dormir ( a excepción de las actividades sexuales).
- Levantarse y salir de la habitación si se es incapaz de dormir (si a los 15-20 minutos no puede dormirse). Ve a otra habitación, puedes realizar alguna actividad tranquila y regresa al dormitorio cuando empieces a sentirte adormecido.
- Si la alteración del sueño es significativa, procura no dormir la siesta y levantarte a la misma hora cada mañana. No es beneficioso abusar de las siestas. En el caso de necesitar realizar la siesta, lo recomendable es realizarla durante 20-30 minutos como máximo y en un horario que no se solape con el momento de dormir.
- Mantener horarios regulares para acostarse y levantarse todos los días, independientemente del tiempo que haya dormido y de si tiene sueño o no.
- Establecer todos los días antes de acostarse una serie de conductas rutinarias que indiquen la proximidad de la hora de dormir.
Referencias bibliográficas
AMERICAN PSYCRIATRIC ASSOCIATION (APA) (2000). Diagnostic and statistical manual of mental disorders 4th edition (DSM-IV-TR). Washington: APA (versión española: Barcelona: Masson, 2000).
BELLOCH, A.; SANDÍN, B. y RAMOS, F. (2008): Manual de Psicopatología. 2 Volúmenes. Edición revisada. McGraw-Hill. Madrid.
BUELA-CASAL, G. y SIERRA, J.C. (2001). Manual de evaluación y tratamientos psicológicos. Ed: Biblioteca nueva (1ª edición).
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